Carme Llorens

Empleo con apoyo

La experiencia de aplicar la metodología del Empleo con apoyo (P. Wehman, 1999) para la inserción laboral de personas con discapacidades significativas en la empresa ordinaria, aplicada en nuestro país por el Proyecto Aura de Barcelona desde 1989, nos ha permitido conocer en situación real, las habilidades y competencias que deben adquirir las personas candidatas para desempeñar una actividad laboral y al mismo tiempo nos ha mostrado las carencias más frecuentes que han condicionado las dificultades que se presentan en la incorporación al mundo laboral.

El Empleo con Apoyo (P.Wehman, 1999) es un modelo de inserción laboral que surgió a finales de los años 70 en Estados Unidos y que posteriormente se fue implantando en diferentes países europeos y actualmente en prácticamente todo el mundo occidental con mayor o menor intensidad. Es un instrumento que facilita que los colectivos de personas con especiales dificultades se puedan incorporar al mundo laboral normalizado.

Fue definido por David Mank (1998) como «el trabajo remunerado en sitios de la comunidad, con los apoyos individualizados y continuados que aseguren el éxito a largo plazo, y donde existan claras oportunidades para la interacción con personas sin discapacidad».

El EcA (Empleo con Apoyo) ve a la persona en positivo centrándose en sus potencialidades, por esto traza un plan basándose en sus capacidades y fijándose en qué puede contribuir, aunque sea de una manera parcial y teniendo en cuenta qué apoyos y adaptaciones serán necesarios para garantizar el éxito de la inclusión.

Actualmente, en nuestro país, son muchas las instituciones que atienden a colectivos muy diversos que aplican la metodología del Empleo con Apoyo para la inserción laboral. Numerosos estudios avalan su eficacia y demuestran que día a día va creciendo el número de personas con necesidades especiales que gracias a los servicios de mediación y apoyo han tenido la oportunidad de tener un trabajo real en un entorno normalizado y han pasado a ser sujetos activos en la sociedad de todos.

Sin embargo, todavía no existe un marco legal que lo regule como una opción alternativa a los centros ocupacionales y centros especiales de empleo, con una financiación estable que permita el mantenimiento y continuación de los servicios.

En 1982 se aprobó la LISMI (Ley 13/82. Ley de integración del minusválido) en la que se decía que las empresas de más de 50 trabajadores debían tener en sus plantillas un 2% de personas con certificado de minusvalía. Durante años se mantuvo esta ley que fue revisada en diferentes momentos y se modificó con el Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social.

Tras muchos intentos, propuestas, reuniones,… finalmente en el año 2007 se promulgó el Real Decreto 870/2007, de 2 de julio, por el que se regula el programa de Empleo con Apoyo como medida de fomento de empleo de personas con discapacidad en el mercado ordinario de trabajo. Sin embargo las entidades valoran que es insuficiente, que hay que revisarlo y mejorarlo.

Hay que destacar que el EcA contempla desde el inicio los principios de la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, aprobada el 13 de diciembre de 2006 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), ratificada por España el 3 de diciembre de 2007 y que entró en vigor el 3 de mayo de 2008. La Convención supone la consagración del enfoque de derechos de las personas con discapacidad, de modo que considera a las personas con discapacidad como sujetos titulares de derechos y los poderes públicos están obligados a garantizar que el ejercicio de esos derechos sea pleno y efectivo.

Los servicios de Empleo con Apoyo ayudan a las empresas a cumplir la ley actuando como mediadores. Desde 1993 estos servicios se han unido creando la A.E.S.E. (Asociación Española de Empleo con Apoyo) www.empleoconapoyo.org que también es miembro de la E.U.S.E. (European Union of Supported Employment) www.euse.org

La A.E.S.E. es una entidad que impulsa esta metodología y promueve mejoras legislativas para que cada vez sean más las personas con discapacidad que puedan acceder a un trabajo normalizado.

La integración laboral tiene como objetivo primordial contribuir a mejorar la calidad de vida, fomentando las relaciones personales, adquiriendo nuevas habilidades sociales, contribuyendo al bienestar físico, emocional, material y en definitiva mejorando la autoestima y el derecho a la autodeterminación (Shalock 1996).

Figura 1: El proceso de Integración Laboral

El rol de trabajador/a facilita el acceso al mundo de los adultos y nos hace sentir miembros activos de la sociedad en la que vivimos.

El trabajo es el primer factor de integración social también para las personas con discapacidad.

«Trabajar es uno de los mejores instrumentos de que disponemos los seres humanos para realizarnos como personas…La satisfacción que el empleo reporta, la creatividad del trabajo que se realiza, el salario que por él se percibe y que nos permite cubrir necesidades y gustos personales, (…) acrecientan y engrandecen la realidad humana de lo que implica trabajar. El trabajo es un valor, siempre y cuando esté al servicio de las personas (…).»

Jesús Flórez

La metodología del Empleo con Apoyo es un proceso que comprende diversas fases que se detallan en la Tabla 1.

Tabla 1: Fases de la metodología de Empleo con Apoyo

1.      Prospección del mercado laboral, búsqueda de empleo y de la colaboración empresarial.
2.      Estudio y valoración de las personas candidatas, diseño de un plan individualizado de sus intereses y necesidades.
3.      Formación previa de autonomía personal, habilidades sociales, conocimiento del mundo laboral, de las responsabilidades laborales, etc.
4.      Análisis para compatibilizar el lugar de empleo con el trabajador/a. Formación en situación real con ayuda del preparador/a laboral.
5.      Contrato laboral según convenio.
6.      Seguimiento y apoyo, siempre que sea necesario, y promoción a lo largo de toda la vida laboral.

Para ser considerado Empleo con Apoyo han de cumplirse ciertas condiciones (Tabla 2).

Tabla 2 Características principales del ECA

1.      Empleo real, integrado en el mercado laboral ordinario. Contrato individual y sueldo según convenio.
2.      Formación en situación, es decir se entrena en la realización de las tareas en el propio lugar de trabajo, evitando el problema de la transferencia de los aprendizajes.
3.      Apoyo individualizado. Se personalizan todos los procesos.
4.      La persona Preparadora Laboral es quien se encarga de facilitar los apoyos (técnicos y naturales) que necesita la persona para conseguir una inclusión social y laboral de calidad. El/la Preparador/a Laboral irá retirándose a medida que el/la trabajador/a es autosuficiente.
5.      Los apoyos tendrán una duración variable, según sean las necesidades de cada persona.

La persona Preparadora laboral o facilitadora o mediadora, es la figura clave en el proceso de inclusión laboral. Su papel es muy importante, también, para fomentar y motivar a los compañeros/as de trabajo para que entiendan la importancia de su papel como apoyos naturales cuando él/ella desaparece.

«…Conseguir la integración de la persona con síndrome de Down en el mundo del trabajo ordinario es un magnífico y deseado desafío. Pero este servicio debe ser realizado con el adecuado apoyo. Apoyo para ayudar a esta persona a aprender y realizar la tarea encomendada; para adaptar su vida a la nueva realidad: jefes, compañeros, horarios, desplazamientos, derechos, deberes; apoyos para que los compañeros se acomoden también a su presencia, y ni la subestimen ni la sobreprotejan; apoyo para solucionar los problemas que puedan surgir; apoyo a la familia para que se adapte a la nueva realidad (…), apoyo para que el trabajo no se convierta en el único interés y actividad. (…) tiene que seguir formándose, manteniéndose en buena forma física, abriéndose paso a otras realidades vitales que enriquecen su personalidad. Para ello necesita horas. Por eso, el horario y tipo de empleo habrán de ser compatibles y flexibles con la realización de estas otras actividades que le ayudan a encontrar, día a día, el sentido de su rica existencia».

Jesús Flórez (o.c.)

Para conseguir estos objetivos de calidad de vida no se puede actuar de una manera

estándar para todas las personas, sino que hay que partir de cada una de ellas. La Planificación Centrada en la Persona (J. O’Brien, 2001) a diferencia del planteamiento

clásico en el que los equipos técnicos determinan los programas y servicios que se ofrecen a la persona con discapacidad, es un proceso en el que la propia persona

con discapacidad conduce y es la protagonista en la organización de su propia vida.

Tabla 3. Características de la Planificación Centrada en la Persona

Parte de las preferencias y las necesidades de la persona.
Tiene en cuenta las habilidades y potencialidades y busca a las mejores personas facilitadoras para planificar un plan de apoyo individualizado.
Busca las oportunidades para tener presencia y participación activa en la comunidad.
Se basa en el derecho a la autodeterminación, respeto y reconocimiento como persona.
Facilita los apoyos naturales y mediante el equipo humano necesarios para que en la medida de lo posible puedan hacerse realidad sus “sueños”.